jueves, 1 de abril de 2010

Muerte y nacimiento

Voy paseando por un camino, es un camino ascendente, cada día voy un poquito más lenta, cada día más consciente de las limitaciones de mi cuerpo y el bebé cada día es más fuerte y yo le satisfago un poquito menos sus necesidades de espacio y movimiento. Va pasando el tiempo y el diseño del embarazo es tan perfecto que tanto el bebé como yo vamos sustituyendo el miedo por el deseo, por la curiosidad de como será conocernos, conocer el nuevo mundo que nos espera. Cada día que pasa los dos tenemos más ganas de llegar a lo alto de la montaña donde los dos sabemos que nos espera un precipicio del que sabemos que tenemos que saltar. Las incomodidades se hacen más presentes. Este es el componente fundamental de todo cambio, si mi cuerpo no me lleva a este límite y si el bebé no llega al límite de su incomodidad sería imposible saltar al vacío. Nos espera un vacío fértil, un final, un principio, la muerte y la vida.

Antes de dar ese salto, voy subiendo cada vez más cargada con una mochila de pasado que se remueve, se ordena y se desordena, se revisa, se organiza, se elabora y se torna consciente durante estas 40 semanas. Mi corazón ha crecido, he guardado dentro la fuerza de nueve reglas y otra alma habida en mi vientre, me siento fuerte y con los ojos del alma más abiertos que nunca para ser honesta y hacer esta revisión de mi vida. Todo lo que está en la mochila se irá con la placenta, conscientemente suelto el miedo, la culpa, la crítica, el resentimiento y la rabia. Para desplegar las alas del amor y acoger a un nuevo ser, sé que tengo que soltar todo esto. Quiero sentir mi parto, quiero sentir mi cuerpo, quiero ser consciente de qué me ocurre y que el bebé también lo sea.

Esta es mi decisión y a pesar de todo siento miedo, he profundizado mucho en este miedo y la conclusión es que el miedo último es a la muerte. Todas hemos oído que muchas mujeres morían de parto y eso está ahí, especialmente si como yo, vas a parir en casa. El miedo a la muerte se esconde detrás de todos los miedos y esto lo han sabido desde siempre las escuelas iniciaticas de todas las épocas. En las escuelas de misterios Egipcias, los iniciad@s tenían que enfrentarse a este miedo de distintas formas. Para acceder al templo de Comombo tenían que tirarse a un estanque lleno de cocodrilos y sin vacilar bucear hasta el fondo para pasar por un túnel oscuro que les llevaba al interior del templo. Si vacilaban y se quedaban en la superficie chapoteando perdían la vida. La prueba definitiva se daba en la gran pirámide dónde con los ojos vendados el iniciado era metido en un sarcófago sin saber hasta cuando, ni si podría respirar. Evidentemente estaba ventilado pero tenía que permanecer tres días y tres noches dentro, según ellos es el tiempo necesario para tocar los miedos más profundos e inconscientes. Sólo enfrentando el miedo se accede a la verdadera vida, a la libertad, al amor. A partir de aquí tenían acceso a otros niveles de conciencia.

He decido vivir el embarazo como una iniciación, enfrentarme a todos mis miedos, dejar morir el miedo, dejarme abrazar por la muerte, por la pérdida de control para nacer a la vida, a la libertad y al amor, sólo pasando por algo así, podré conectar con el alma de la que voy ha hacerme cargo. Sólo con amor, conexión e intuición podré ejercer la maternidad que él necesita. Sólo muriendo al pasado podré dar la bienvenida a mi nueva vida, a este gran cambio y sobre todo abrirme a un nivel de conciencia superior dónde creceré en amor, en entrega, en compasión y en libertad. Gracias por la atención.

Para terminar aquí os dejo una conferencia del Doctor Jorge Carvajal, conocido por muchos como cirujano de almas. Para el que no sepa nada de él, es licenciado en medicina y cirujía, ha sido profesor en varias Universidades de Medicina e inventor de la medicina sintergética. Él se define como "carpintero de la conciencia". Lo que más me gusta de él es que práctica la curación holística, no distingue cuerpo, de alma, de espíritu, aborda la medicina desde esta conciencia de totalidad. Y en la medicina que practica nunca resta sino que va sumando, puede responder a un problema con cirugía, con fármacos químicos, con hierbas medicinales, homeopatía, técnicas bioenergéticas o combinando todas estas disciplinas. Espero que lo disfrutéis:

LA MUERTE Y EL SENDERO DEL APRENDIZ



Para el que le interese pongo los links para continuar en Youtube:

3 comentarios:

  1. Me gustó mucho, como declaras tu deseo de "morir" y dejra atras muchas trabas que no te dejarian conectarte con la maternidad que ese Bb necesita...
    que emocion!!! leerlo y un abrazo a la distancia.
    Recuerdo con esto que mi reinvindicacion como madre sigue en pie, es algo tan fuerte que fui arrastrando de otras vidas, en algun momento lo compartire, tal vez le sirva a muchas mujeres que necesitan reconectarse a su eje.

    AILED

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  2. Gracias por esta expresión tan sincera y profunda!
    El cuerpo cambia, la mente cambia y el alma cambia. Nada volverá a ser como antes, el cambio se hace poco a poco inminente. Y se hacen presente, aparentemente tangibles, esa mezcla de emociones: ansiedad, miedo, deseo, ilusión, alegría, nostalgia (por lo que se deja atrás: independencia? Libertad?)
    Yo voy andando ese camino de cuesta arriba con mi segundo embarazo, y junto con la ilusión y el deseo de que ya este conmigo; surge el temor de no poder dar a mis dos amores equidad en tiempo, limites, amor. Se que es una fantasía, pero en el proceso los sentimientos se apoderan, y es allí, donde busco en el saco de mis emociones las más bellas y alentadoras para seguir recorriendo el camino que queda con lo mejor de mi.
    Gracias!

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  3. Muchas gracias a las dos por vuestros comentarios. Me siento muy emocionada por vuestras palabras. Desde que me quedé embarazada he sentido tantas cosas que no esperaba y que nadie me había explicado que siento una fuerte necesidad de compartir todo lo que siento y pienso en este proceso. Creo que puede ser de ayuda y muy educativo para otras mujeres que compartamos y reivindiquemos la vivencia del embarazo como un hecho no sólo físico sino emocional y espiritual. Muchas gracias de nuevo y un abrazo.

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