sábado, 1 de octubre de 2011

El regalo de la conciliación ¿Estás dispuesta a recibirlo?

Conciliación real ya!!
En estos días este es el grito que se escucha por facebook y por el ambiente maternal de internet. Y ya era hora, es hora de que conciliemos. Lo que yo me pregunto es a quién le estamos pidiendo conciliación. Para mi, la conciliación no se pide, ni se exige, simplemente se toma, se ejecuta. Dejemos de ser víctimas de las hipotecas, del estado, del jefe y de la sociedad. Es urgente que cada uno, cada una coja las riendas de su vida.
Para materializar la conciliación fuera, tiene que salir de dentro. ¿Estamos las madres y padres dispuestos a estar con nuestros hijos?
Invito a la Mª Conciliación de Sarai Llamas ha hacer examen de conciencia y preguntarse si de verdad quiere estar con sus hijos, si quiere asumir esa responsabilidad. Si la respuesta es afirmativa, hay formas de hacerlo. Es cuestión de tomar riesgos y cambiar su vida.
Cuando llevo a mi hijo por los parques, lo que veo, es que si vamos a un parque de zona rica los niños lloran porque no están con sus madres, porque son las siete o las ocho de la tarde y todavía no ha llegado. Muchas veces cuando llega exhausta todavía tiene que hacer mil llamadas de teléfono y quien juega con ellos es la sudamericana o filipina de turno que mira el reloj en lugar de mirar a los niños. (Con esto no digo que lo hagan mal, están haciendo una excelente labor, pero criar es duro y si no eres la madre de las criaturas es imposible que tengas la paciencia, la presencia y el interés que requiere la tarea).
Cuando me muevo por parques de zonas más pobres veo que las madres están con los niños, muchas porque están en el paro, que sólo se dirigen a ellos a gritos y para regañarles. Se unen a otras madres y los niños se quedan en el parque jugando, aunque las llamen no suelen acercarse a ellos (excepto en caso de caídas con sangre) . Son padres y madres ausentes emocionales, están sin querer estar y no saben por dónde abordar la tarea de criar niños. Porque en su mayoría, también ellos son niños emocionales que sólo pueden pensar en si mismos. Si hablo de esto es porque reconozco en mi una parte.
Tanto en unos parques como en otros, hay excepciones y espero que cada vez más.
Tanto la ausencia física y como la ausencia emocional provoca que los niños vivan experiencias de desamparo y abandono. La realidad es que ni unos, ni otros eligen conscientemente estar con sus hijos.
Dicho esto, volvamos a la conciliación:
¿Por qué muchas madres eligen trabajar en lugar de estar con sus hijos?
Por un lado el panorama social desvaloriza el hecho de ser madre, por todos los canales se recibe el mensaje de que si no manejas dinero propio no vales nada. Muchas mujeres han puesto toda su energía y su ego en su identidad exterior, en su imagen, su profesión, su independencia material, su estilo, su cuerpo….y la maternidad desencadena el desmorone de todo esto, para hacerte mirar tu interior. Ante este panorama, lo que más desean muchas es que pasen los cuatro meses (o menos) y salir corriendo para recuperar aquella “pérdida” en lugar de quedarse a disfrutar de su naturaleza, de su instinto, de su sexualidad.
Verdaderamente la maternidad es una experiencia tan hermosa, tan intensa que si te lo permites te conecta con el inmenso poder creador de tu cuerpo de mujer. Además del placer de tener al bebé piel con piel o de verlo crecer, avanzar, de sentir su energía, su cuerpo, su amor, su estar en el mundo, su alegría, su entera presencia….son tantos los regalos y los deleites que nos trae un hijo…
Entonces ¿Por qué muchas madres eligen trabajar en lugar de estar con sus hijos?
Se ejerce sobre nosotras una presión social tan potente. Los medios de comunicación, lo que hace la mayoría, el entorno, la familia... Lo primero que yo recomiendo es rodearse de una red que nos apoye y nos informe, que apoye nuestras decisiones, yo he encontrado este consuelo en los blogs, en facebook, twiter y por supuesto los libros. También recomiendo no ver la tele, ni leer “revistas de mujeres”. Son basura para el inconsciente, contaminan nuestra libertad, nos desconectan de quién somos, nos limitan, nos encierran en matrix.
Por otra parte están las mujeres mayores (la generación de nuestras madres, tías, suegras), yo me he encontrado muchas, que a pesar de haberse quedado en casa criando a sus hijos, te recomiendan que no lo hagas. A mi esto me subleva, ellas no han pasado por el dolor de la separación y han vivido bastante intensamente la experiencia sexual-maternal y en cambio te imputan ha hacerlo a ti. Tienen buena intención, no quieren que pierdas valor social como les pasó a ellas. A mi me sirve pensar que son otros tiempos y que yo he vivido muchas cosas antes de ser madre, además de saber que mi propio valor no se mide por lo que opinen los demás.
Ya lo he dicho muchas veces, la verdadera revolución, para mi, tiene que nacer del interior. Cada una debe dar valor al hecho de maternar y criar, tiene que dar valor a su intuición y a su instinto para que puedan cambiar las estructuras externas. Tenemos que tener información actualizada sobre las necesidades verdaderas de los bebés y sobre la repercusión de nuestros actos en sus vidas.
El hecho de criar a nuestros hijos tiene un inmenso valor, entre otras muchas razones, porque
  • Estamos creando una generación futura segura y fuerte. Quién sabe lo que puede llegar a hacer una generación así. Estamos cambiando el mundo ¡a mejor!
  • Estamos creyendo en nosotras y dando valor a nuestro instinto. (la mejor guía en cualquier situación).
  • Estamos disfrutando de cada sonrisa. La alegría se contagia, alarga la vida y mejora la salud.
  • Estamos ensanchando nuestro corazón, dando y recibiendo amor.
  • Estamos dándonos y el servicio es felicidad segura. La felicidad atrae lo mejor a nuestra vida.
  • Estamos madurando, saliendo de la infancia egocéntrica y aprendiendo a ver las necesidades del otro.
  • Estamos sanando nuestra infancia. (Lo que das te lo das y lo que no das te lo quitas).
  • Estamos agudizando nuestra creatividad, yendo más allá de los que creíamos nuestros límites. Estar con un niño te convierte en genio, estás todo el día inventando, haciendo malabares con el tiempo, el espacio y los materiales de los que dispones.
  • Estamos haciendo lo que nunca habíamos hecho. O sea nuevas conexiones neuronales. (Atrasando el Alzeimer).
  • Estamos conociéndonos, viviendo el reto de conocer facetas nuevas de nosotros mismos. Afrontando nuevos desafíos.
  • Estamos solos y la soledad es muy valiosa para saber quién eres y tomar fuerza para mostrarte al mundo.
  • Estamos siendo responsables y justo ahí reside la verdadera libertad.
  • Estamos viviendo en el cambio continuo. Acompañando a un bebé las rutinas son cambiantes diariamente tienes que crecerte en creatividad e inventiva, porque cada día, él es distinto, su cuerpo y su cerebro crecen, sus necesidades y hábitos se transforman. El secreto de la evolución es la adaptavilidad a los cambios. Sobrevive el que se adapta, por lo que es que conveniente tonificar ese músculo.
  • ........
Todo son ventajas, y entonces…
¿por qué muchas madres eligen trabajar en lugar de estar con sus hijos?
Porque en todo momento reitero que es una elección, elegimos vivir en casas con todas las comodidades, elegimos comprar ropa de marca, elegimos ser propietarios en lugar de inquilinos…..También podríamos elegir vivir con menos una temporada. LA CRIANZA ES UN RATO EN LA VIDA. Y pasa y cuando nuestro hijo tenga 20 años, no querrá dormir con nosotros, ni abrazarnos de la misma forma, ni estar con nosotros todo el día. Disfrutemos lo que hay cuando está. Observo que mucha gente vive el hecho de que sus hijos vivan su vida, como abandono o desamor cuando es lo natural, en cambio dejarlos con desconocidos ocho horas cuando son pequeños no es abandono y desamor. Suelen decirte “hay que trabajar”, sí, pero también hay que sentir y pensar en las consecuencias de nuestros actos.
La maternidad y paternidad es un cambio tan radical en la vida que bien cabría darle un espacio para reflexionar, para plantearnos un cambio.
Otra de las acciones prácticas que aconsejo a todo el mundo es la búsqueda interior. Porque la maternidad es el encuentro con la propia sombra. Pero no es igual “un encuentro” que “EL ENCUENTRO”. Si ya conoces tu sombra, si la has transitado y te es familiar, si ya has pasado alguna vez por tu noche oscura, en la maternidad sin duda rozarás de nuevo las heridas y verás cosas nuevas y más profundas, pero tendrás herramientas para lidiar con ello, tendrás asideros para sostenerte.
No es posible la conciliación si no hay una preparación emocional aunque sea básica. Estar con el bebé nos conecta con nuestra propia infancia, nos conecta con nuestro desamparo y dolor. Nuestros hijos nos obligan a escuchar nuestro llanto a través del suyo, nuestra frustración a través de la suya, nuestro dolor a través del suyo... Por eso hay quien decide no estar físicamente o no estar emocionalmente, desenchufando mediante diversas técnicas (generalmente las adicciones: el trabajo, las ocupaciones, la comida, la prisa, las compras….)
Así que la conciliación real, según lo que yo sé, viene de dentro y tenemos que concedérnosla cada una, cada uno. Primero creyendo en nosotras, en nuestra capacidad de criar y de educar. Creyendo en nuestro hijo que pide mamá, dándole crédito a ese pedido sin caer en pajas mentales como que necesita sociabilidad o los juegos que proporciona un “experto” (cuidadores de guarderías).
Otro aspecto es confiar en la vida, confiar en que si ha sido posible que se materialice la situación, si tienes un pequeño ser humano a tu cargo es porque puedes y estas preparada. Los recursos van apareciendo, porque el propio bebé también atrae lo que necesita. Estar presentes y despiertos, abiertos a lo que se presenta en cada momento. Hay formas de ganar dinero desde casa, a ratos. Muchas familias han montado una tienda on-line para estar con sus hijos, o un blog, o han optado por el teletrabajo o pedido el paro y mientras formarse en una profesión que no requiera tanta presencia física (podemos formarnos incluso on-line) o entrado en un negocio multinivel o todo junto. Posibilidades siempre hay y muchas. Quizá la maternidad/paternidad es la gran oportunidad para dedicarte a lo que amas para descubrir y explotar tus talentos, para dar lo mejor de ti mismo a este mundo (que por, cierto lo está necesitando). La cuestión es ¿Cuáles son tus prioridades? ¿Estás dispuesta a mejorarte a ti misma? ¿a aprender una nueva profesión? ¿Estas dispuesta a cambiar? ¿Estás dispuesta a renunciar a algunas cosas? ¿Estás dispuestos a arriesgar? Hoy con internet lo tenemos muy fácil. Quién no conoce a fondo este medio está perdiendo tiempo y dinero. Para mí la solución con mayúsculas para todo el mundo y en especial para las madres es ser autónomas.
El primer paso hacia la conciliación que yo di fue la firme decisión de que quería estar con mi hijo. No había otras opciones. A partir de haber tomado la decisión todo se edificó en torno a este centro. Siempre pensando en positivo y confiando. Pasé por un vacío, un vacío negro y muy fértil, dónde me imaginé la vida que ya estoy viviendo. Dónde tuve que sustentarme en mi propio ser, no en mi ego. Dónde hice nuevas conexiones neuronales, porque la incertidumbre lleva inexorablemente a la exploración y a la imaginación. ¡Nos hacemos más listos!
Que bueno sería que antes de quedarnos embarazadas estuviéramos enfocadas en la conciliación. Que bien estaría que todos supiéramos cuales son las necesidades de un bebé de cuatro meses antes de decidir traerlo al mundo. Estar informados es crucial para apreciar la importancia tan grande que tiene que los padres estén con sus hijos. Para mi la conciliación real es estar todo el tiempo con nuestros hijos los primero 3 años (entre padre y madre), sin rutinas de separación o si las hay como mucho de 4 horas y además sentirnos poderosas, exitosas, valiosas y ganar dinero. Para mí ha sido posible, para ti también puede serlo.
Las ayudas estatales y los cambios en las empresas llegarán después de los cambios sociales. Pero seguro que llegarán porque la conciencia llega a todas partes. A lo que me niego es a quedarme impotente pidiendo a quien no me da, prefiero darme a mi misma.
Por una parte, el tiempo juega en nuestro favor, porque las generaciones de hijos huérfanos ya se están haciendo mayores y estamos viendo consecuencias sociales, se está evidenciando el valor de la familia presente. Y va a más.
Con esto no quiero desvalorizar los movimientos sociales y las acciones entorno al tema, es bueno que se enteren de lo que queremos. Que conste nuestro inconformismo. Que pidamos. Siempre teniendo claro que el poder lo tenemos cada uno en nuestra casa.
Así que el regalo de la conciliación no nos lo va ha hacer papá estado, ni papá jefe hasta que no nos lo concedamos cada una internamente. Y como ya he dicho es un regalo que hay que estar preparada para recibir.

5 comentarios:

  1. Te leo y sonrio ...Aveces las decisiones que una/uno ha de tomar son duras, más que duras diría que se nos tornan extrañas.Extrañas porque es ir contracorriente.
    Ir Contracorriente cansa, pero cuando llegas arriba del río , te das cuenta , de que es ahí donde querías y tenías que estar.En mi caso, junto a mi hijo en casa.
    Actualmente una buena conciliación , pasa por reajustes emocionales, económicos y laborales,pero no todas las mamás y papás pueden llegar a hacerlo.
    Si veo necesaria una modificación de la protección a la calidad de vida de los bebés y que ello revierta en la calidad de vida de sus madres.Son ellos lo que tienen el derecho de tener una mamá a tiempo completo, cuanto más tiempo ...mejor.

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  2. Nada más que agregar!! Totalmente de acuerdo!!!

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  3. Gracias por vuestros comentarios. Marta lo has dicho muy claro "reajustes emocionales, económicos y laborales". Tenemos que recordarnos que los verdaderos protagonistas de todo son los bebés.
    Un abrazo

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  4. Sinceramente me ha removido este post, a lo mejor por lo contrario de lo habitual. Explico mi experiencia personal:
    Soy madre de dos hijos ya adultos. Mis hijos han sido criados por sus padres. Para esto, decidimos que yo, que no tenía un buen trabajo, me quedara exclusivamente para ellos, la casa, los abuelos mayores...además, por desgracia, hubo enfermedades graves en la familia, mi hijo pequeño tuvo un linfoma, fue un valiente niño que salió adelante y hoy es un joven vigoroso y gran persona así como su hermano mayor que fue un gran apoyo para él...
    Ahora yo me encuentro con: Tengo 53 años. Mis hijos tienen su salud su independencia y su trabajo.
    Aunque ahora yo llevo tiempo ya buscando un trabajo digno, no lo encuentro. No tengo experiencia, soy mujer y soy “demasiado mayor” Mis cotizaciones a la seguridad social, aunque tuviera un buen trabajo desde ya, no van a ser suficientes para que perciba mi jubilación remunerada.
    Me tengo por una persona que ha antepuesto las necesidades emocionales a las materiales por mí y mi familia.
    Mi marido sigue teniendo un buen trabajo y su estabilidad económica, en principio, no le va a faltar.
    Por ello, por esa seguridad económica suya, decidió “independizarse” y nos separamos hace 3 años.
    Ahora y hasta que él quiera, yo dependo de su “pensión compensatoria”, que estará ahí hasta, como digo, él quiera………no hay nada más.
    Estoy satisfecha de mis hijos, de lo que han recibido por mi parte. Satisfecha de haber estado ahí cuando los abuelos lo han necesitado. Satisfecha de haber ayudado a mi marido a llegar profesionalmente a donde ha llegado………..Satisfecha de mi madurez a pesar que la menopausia está ahí en pleno apogeo.
    Pero aunque como digo, no me considero una mujer materialista, desde hace 3 años repito muy a menudo ese antiguo dicho “Las penas con pan son menos penas”

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  5. Hola Andreberri, gracias por compartir tu historia. Está claro que la sociedad no valora, ni compensa el cuidado y el gobierno tampoco. Partiendo de la injusticia y teniendo claro que la cosa, por ahora, está así, sólo hay dos opciones:
    1._ Quedarse llorando y dependiendo de quién ni te da ni te valora.
    2._ Coger las riendas de tu vida y hacer algo productivo con ella, darle valor y sentido tu misma.
    ¿Para qué has nacido? ¿Qué sabes hacer? ¿Qué se te da bien? ¿Qué actividad puede dar sentido a tu existencia ahora mismo? ¿Qué talento tenías cuando eras niña? ¿Qué querías ser de mayor? Ahí está tu fuerza, tu riqueza, tu talento único, tu potencial.
    Empieza por soñar, imagínate a ti misma con la vida que deseas. Puedes iniciar un blog, puedes invertir en ti y formarte. Puedes montar una empresa (con los medios que tenemos a nuestro alcance no necesitas una gran inversión económica, sólo una gran inversión en tiempo y talento). Puedes ser autónoma o entrar en un multinivel, no dependes del trabajo por cuenta ajena (es escaso y esclavizador). Hay muchas opciones.
    Solamente es cuestión de que toda esa satisfacción de tu pasado te impulse hacia más realización y más satisfacción. Quizá esta sea tu gran oportunidad la vida nos pone obstáculos para que nos crezcamos, para que nos superemos. Estoy segura de que puedes conseguir lo que te propongas. Un abrazo!!

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