viernes, 25 de junio de 2010

Madre animal

El embarazo, el parto y la maternidad han sido experiencias tan intensas emocionalmente que me siento cambiada en un nivel muy profundo. Desde el nacimiento de Martín me emociono por cosas que antes no me importaban. Me siento desbordada ante la belleza y la vida, lloro a menudo de alegría y de tristeza observando la naturaleza. Aprecio un árbol o una montaña, he dejado de verlos como objetos, como seres inertes…ahora siento la vida en ellos.

He quedado fascinada por lo que significa ser mujer, por la fuerza de lo femenino, el amor y la vida han atravesado mi cuerpo y se ha abierto en un acto de entrega, se ha desbordado de vida. Muchas mujeres al devenir madres comienzan a sentir miedo por la seguridad de sus hijos, esto me ha hecho pensar y he llegado a algunas conclusiones. A mi me ha nacido un instinto protector muy fuerte y me siento animal ante los peligros. Me descubro rabiosa y alerta como una loba, a veces capaz de todo.

Todo lo relacionado con la maternidad me ha recordado que soy un animal y he reflexionado mucho sobre el porqué sentimos una cierta incomodidad cuando nos sentimos animales. El otro día observaba una marrana de cría y empecé a llorar. Me identifiqué con ella. Ellas dan y dan vida para entregarla a la explotación. Exactamente igual que tantas madres humanas han criado hijos para que vayan a la guerra o para que lleven una vida de explotación. Al fin y al cabo es una explotación parecida a la de los animales. Desde que nace el bebé, una enfermera te lo pide para pesarlo y medirlo, te lo pide el pediatra para vacunarlo y te ordena todo lo que tienes que hacer yendo en contra de tu propio instinto y del amor, te lo pide el estado para que lo lleves al colegio y ellos programen su sistema de valores y creencias.

Mi intención es hacerme responsable y del mismo modo que dije “no” a aquella primera enfermera seguir diciendo sí a la responsabilidad sobre la crianza de los hijos que vienen a través de mi.

A través de todas estas percepciones he llegado a la conclusión de que hay intereses importantes para buscar esa imagen de la madre humana como algo no animal. Carritos, biberones, chupetes, pañales…Ha habido empeño en separar a la mujer de su instinto animal. Cuanto más cerca estoy de mi naturaleza animal más me acerco a la verdad.

4 comentarios:

  1. BUENÍSIMA TU ENTRADA!!! LLEVABA UNOS DÍAS PENSANDO EN ALGO PARECIDO! GRACIAS!!!

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  2. Gracias!! La verdad es que tenía estas ideas y no he querido dejar que se añejaran. Me hubiera gustado trabajar más la forma pero todavía estoy aprendiendo a organizar el tiempo con el bebé. Gracias de nuevo.

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  3. Leer lo que escribes siempre me emociona, sique así. Un beso.

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  4. Muachas gracias Ana, no había visto el comentario. A mi me emociona que después de tanto tiempo sin vernos podamos compartir tanto. Gracias por haber buscado este reencuentro.

    Laura MH

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