viernes, 19 de marzo de 2010

El genio de la creatividad

La inspiración siempre me pilla trabajando, decía Picasso.
A decir verdad a mí no... a veces me pilla en la ducha o en la calle y tengo que correr y coger un papel o dejarla pasar, otras veces y por fortuna, si me pilla trabajando.
En estos momentos de cambio de paradigma, en el mundo del arte podemos ver una mutación. Por ejemplo a través de su legislación se nos muestra como el antiguo planteamiento se hunde sin remedio, aunque no sin resistencias, y como lo nuevo, lleno de vida, es imparable. Vemos como las obras bajo el sello copy left y creative commons están dando más éxito y a veces más dinero que los restringidos y obsoletos copyrights.

No sé donde escuché hace años que los orientales consideran que las ideas están en el aire, sólo hay que ser un buen receptor. Desde entonces he observado mucho y he buscado de dónde vienen las ideas. Porque no es algo que con una educación occidental y un ego occidental se pueda aceptar a la primera y sin reparos. Con el paso del tiempo he ido comprobando sobre todo a través de mi trabajo como diseñadora gráfica, que he captado cambios en un briefing antes de que me los pida el cliente, o he tenido ideas que no he llegado ha materializar y al tiempo las he visto realizadas con las mismas imágenes y con las mismas palabras por otra persona. Y donde más he podido comprobar este fenómeno es en las clases que imparto. A veces planteo un ejercicio y varios alumnos sin verse y sin hablar entre ellos coinciden en la idea, otras veces alguno hace justo lo que yo tenía en la cabeza como solución a un cierto problema.

Según creo, el mundo del arte está viviendo una transformación desde su raíz y habrá que plantear algunas preguntas en este siglo como por ejemplo ¿de dónde vienen las ideas? ¿Que lugar social debe ocupar el artista? ¿Cuál es la diferencia entre un artesano y un artista? ¿Cuál es el objetivo del arte? Para mí ser artista significa solamente ser un buen receptor, saber conectarse a la fuente. Y desde luego mi conclusión es que el arte debe, por encima de todo, crear y no destruir. El arte como exposición de las miserias del alma del artista ya no tiene sentido en un mundo en el que conocemos la ley de la atracción. Es una responsabilidad lo que ponemos en circulación, ahora somos conscientes de que la obra seguirá creando a través de otros. Lo que sacamos al mundo se multiplica. A mí cuando me salen tormentos sé que me estoy limpiando, me abandono y saco mierda, fealdad, suciedad. Después tiro todo esto a la basura y cuando me pongo de nuevo ya está limpio el canal y puedo expresar lo que quiero o lo que quiere el Universo.
Esta conferencia de Elizabeth Gilbert ilustra muy bien las reflexiones anteriores, espero que la disfrutéis. Gracias por la atención.


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